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Hay lecturas que se disfrutan más con una manta sobre las piernas, una vela encendida al fondo y una taza humeante entre las manos. Esos momentos lentos, de sofá y silencio, en los que el mundo desaparece y solo queda lo esencial: tú, tu historia… y tu infusión.
Este año, para celebrar el Día del Libro, queremos proponerte un juego muy especial: maridar libros con infusiones. No como quien empareja vino y queso, sino como quien crea un momento, una atmósfera, un refugio donde palabras y aromas se entrelazan como si siempre hubieran ido de la mano.
Aquí va nuestra selección de cinco libros —muy distintos entre sí— y cinco infusiones de Lateterazul que no solo acompañan, sino que elevan cada lectura. ¿Te animas a probar?
Una historia que florece despacio, como los secretos que guarda una familia durante décadas…
Libro: El jardín olvidado, de Kate Morton
Infusión: Manzanilla Lavanda ECO – Lateterazul
No hay prisa cuando lees a Kate Morton. Sus tramas se entretejen como hiedra en un muro antiguo: poco a poco, enredándose entre generaciones, susurrando verdades desde rincones del pasado. Y mientras todo eso ocurre… tú puedes estar ahí, con la infusión más suave y floral del universo: manzanilla y lavanda, como una siesta en medio de un campo inglés, como una caricia templada.
Una lectura perfecta para tardes tranquilas, con una tetera cerca y muchas ganas de mirar por la ventana entre capítulo y capítulo.
El suspense se espesa como el aroma del cacao caliente en una tarde de lluvia...
Libro: La mujer en la ventana, de A. J. Finn
Infusión: Té Chocolate – Lateterazul
Si Hitchcock hubiera inventado una infusión, seguramente llevaría té negro y chocolate. Intensa, reconfortante, pero también algo inquietante. Así se lee La mujer en la ventana: con el corazón a medias entre la curiosidad y la duda. Un thriller psicológico donde nada es lo que parece, ideal para beber despacio, con el gesto tenso y el sabor dulce-amargo del chocolate que te recuerda que estás a salvo… de momento.
Eso sí, una recomendación: si la lees por la noche, asegúrate de cerrar bien las cortinas.
Un viaje simbólico hacia las raíces del alma femenina, entre mitos, sueños y heridas que sanan...
Libro: Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés
Infusión: Té Azul Oolong – Lateterazul
Hay libros que no se leen: se transitan. Como cuevas por las que se entra en silencio. Mujeres que corren con los lobos es uno de esos: hondo, bello, salvaje. Una lectura que invita a volver a casa (la interna), a entenderse con la herida y con el instinto.
Para acompañarlo, necesitábamos algo igual de complejo y delicado: el oolong. Ni negro ni verde, sino un punto intermedio lleno de matices, como las mujeres que habitan estas páginas. Aromático, suave, introspectivo. Ideal para rituales de lectura nocturnos.
Una transformación absurda, incómoda, existencial… pero profundamente humana.
Libro: La metamorfosis, de Franz Kafka
Infusión: Rooibos Mediterráneo ECO – Lateterazul
¿Quién no se ha despertado alguna vez sintiéndose extraño en su propio cuerpo o en su propia vida? Kafka nos arrastra sin aviso a esa sensación —seca, inquietante, absurda— en una obra que nos deja un poco descolocados, como la primera vez que pruebas una infusión que no sabes si te gusta o te reta.
El rooibos mediterráneo, con su base cálida y toques cítricos, es el contrapunto perfecto: sin cafeína, pero con carácter. Como para sentarse después del último párrafo y preguntarse: ¿y ahora qué?
Puertas mágicas, castillos que caminan, hechizos que no son lo que parecen...
Libro: El castillo ambulante, de Diana Wynne Jones
Infusión: Frutos del Bosque – Lateterazul
Si pudieras beber un cuento, sabría a frutos del bosque. Dulce, colorido, chispeante, con ese punto ácido que tienen las aventuras cuando se tuercen pero acaban bien.
Como el castillo de Howl, esta infusión también es una mezcla misteriosa de ingredientes que no se quedan quietos.
Ideal para lectores jóvenes (o no tan jóvenes) que quieren volver a creer en la magia de los mundos imposibles y de las historias con alma.
¿Te animas a hacer tu propio maridaje?
Hay libros que se leen de un tirón, otros que se saborean lento… y luego están esos que piden infusión. Una buena. De las que humean y perfuman la habitación mientras tú decides si leer solo un capítulo más… o cinco.
En días como el del libro, nos gusta pensar que no solo leemos con los ojos. También con las manos que sostienen la taza, con la nariz que se cuela entre los aromas, con la calma que aparece cuando el agua está justo en su punto.
Y ya que estás ahí, en tu rincón favorito, ¿por qué no nos invitas a verlo?
Pásate por nuestro perfil de Instagram @lateterazul, comparte tu momento lector y etiquétanos en tus maridajes de libro + infusión.
Nos encantará descubrir qué estás leyendo… y con qué infusión lo acompañas.
Porque leer también es eso: una experiencia que se disfruta con todos los sentidos.
